miércoles, 13 de marzo de 2013
Aspectos biograficos en su poesía
La gauche divine es un movimiento de intelectuales de izquierdas que tuvo sus años de auge en la Barcelona de los años 60 y comienzos del 70. Nuestro poeta Gil de Biedma fue uno de los muchos que participó en este movimiento. En 1969, en un artículo en el periódico Telexpress, Joan de Sagarra empleó por primera vez el término gauche divine (izquierda divina) para denominar a un grupo de arquitectos, escritores, fotógrafos, cantantes, poetas, empresarios, editores… afines por su oposición al régimen y también por su interés por la cultura que se estaba desarrollando fuera de nuestras fronteras. Gil de Biedma formaba parte de la gauche divine igual que muchos de sus amigos poetas: Juan Marsé, Ana María Moix, Beatriz de Moura, Gabriel Ferrater, Colita… Alcohol y tertulia, dos elementos omnipresentes en ese reducidísimo espacio de libertad que, para unos pocos, supuso la gauche divine.
La gauche divine también reunió a los compañeros generacionales de Gil de Biedma en lo poético, la llamada Escuela de Barcelona que, aunque originalmente tenía que ver con lo cinematográfico, se acuñó como grupo poético gracias a la antología que realizó Josep Maria Castellet y al ensayo que analizaba esta generación firmado por Carme Riera. Carlos Barral, Jaime Gil de Biedma y José Agustín Goytisolo formaban en núcleo barcelonés de la generación del 50 —la primera relevante tras la guerra civil— y mantuvieron una estrecha relación, poética y de amistad, con sus coetáneos de otros lugares de España.
Influencia de otros escritores: En su viaje a Oxford conoció la obra de T.S Elliot y W.H.Auden La enorme admiración que Jaime Gil de Biedma sentía por la obra poética y crítica de T.S. Eliot quedó manifiesta tanto en los versos del poeta barcelonés como en sus trabajos de crítica literaria, y, en 1955 el poeta barcelonés llegó incluso a traducir un libro que resulta clave para entender los esquemas críticos del autor angloamericano, Función de la poesía y función de la crítica, una traducción que completó con un excelente estudio previo en el cual se esforzó por demostrar la relevancia de la postura crítica de Eliot en la gran polémica que entonces se mantenía en el mundo literario español – el debate en torno a la poesía como comunicación o como conocimiento.. De este estudio, que demuestra una fuerte identificación con las posturas críticas de Eliot que se prolongaría a lo largo de la obra del autor barcelonés. Ése el reto que nos hemos propuesto en este estudio de las huellas de T.S.
Eliot en la obra de Jaime Gil de Biedma. Pese a nuestras reticencias acerca de la alegría con la que se utiliza el nombre de Eliot (y Auden) en los estudios sobre nuestro poeta, creemos firmemente que la influencia de la poesía y la crítica angloamericanas en la obra de Gil de Biedma es profunda. En cuanto a escritores españoles cabe destacar a César Vallejo, Baudelaire, Catulo, Luís Cernuda (con quien se carteaba, generación del 27) y Antonio Machado (generación del 98). En Barcelona le "descubrió" Fabián Estapé, entonces un joven profesor auxiliar y un auténtico cazador de talentos. Le introdujo en la economía política y también en la literatura y la filosofía.
Vida amorosa: Su poesía esta muy condicionada por su homosexualidad. Su último compañero fue el actor Josep Madern.
Era homosexual; podía hacer el amor con las mujeres, pero que sólo se enamoraba de los hombres; que su iniciación en las prácticas homosexuales había empezado a los tres años, edad en que una persona mayor lo utilizaba para sus prácticas sexuales".el poeta era bisexual. Por su vida pasaron interesantes mujeres: Mené Rocha, culta, inquientante, independiente, de la que fue inseparable durante uno de sus viajes a Filipinas. Isabel Gil Moreno de Mora, a quien dedicó el poema A una dama muy joven, separada, y con la que incluso pensó en casarse. Natacha Seseña, con quien tuvo una sintonía inmediata."Tenía una sexualidad desesperada, transgresora, urgente. Tuvo grandes amores, como Jorge Vicuña (nombre supuesto) o Pep Madern, al que nombró heredero universal.
En la revista Laye, dio a conocer sus composiciones de juventud, con el título Según sentencia del tiempo (1953), pero su primer libro de versos importante fueCompañeros de viaje (1959), en el cual el magisterio de Luis Cernuda y W. H. Auden sirvieron al autor para trascender los enfoques de la poesía social de aquellos años, y aportar un punto de vista distanciado, subjetivo e irónico.
En Barcelona le "descubrió" Fabián Estapé, entonces un joven profesor auxiliar y un auténtico cazador de talentos. Le introdujo en la economía política y también en la literatura y la filosofía.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario